Esto he escuchado:
En cierta época había una pareja tan desamparada que marido y mujer sólo tenían un manto entre los dos. Cuando el marido abandonaba su casucha para buscar trabajo, su mujer tenía que cerrar la puerta y quedarse en casa, desnuda, y viceversa. No obstante, al oir a los monjes deambulantes enseñar que la caridad extinguirá los sufrimientos de pobreza y necesidad, marido y mujer discutieron el asunto entre ellos. Decidieron donar su única prenda de vestir pasándola a través de la ventana, con la determinación de quedarse en la casucha, completamente sin ropas, resignados a la muerte. Esta firme buena acción, llegó a los oidos del gobernante local, a quien llamó la atención y entonces colmó de ropas y riquezas. De ese momento en adelante, a través de cada vida sucesiva, nunca jamás carecieron de las necesidades de la vida, y a la larga alcanzaron la completa liberación.
De esta forma, aunque pueda ser difícil practicar la caridad cuando está uno mismo en la miseria, deberíamos comprender que la causa de esa pobreza y carencia es nuestra pasada tacañería.
"Da, aunque no tengas más que muy poco que dar." Siddharta Gautama
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